El arte de escuchar

“La vida se compone de detalles”. Durante la existencia surgen múltiples oportunidades que solo pueden ser tomadas por aquel que vive en el presente. Es indispensable aprender a vivir en el aquí y en el ahora, de instante en instante, para poder afinar los sentidos.

Vivir en plena atención, en una constante y continua auto-observación de sí mismo, hacerse consciente del pensar, sentir y actuar, son prácticas que conducen a dejar de soñar con los eventos del pasado y del futuro incierto. Es necesario dejar de vivir fascinados con todas las tareas que la vida coloca para aprender (comúnmente llamados problemas).

Muchos accidentes ocasionados por factores humanos ocurren por una ceguera psicológica del individuo, debido a la falta de atención en lo que hace. “Órgano que no se usa se atrofia”, los sentidos deben ser ejercitados a través de una vida plenamente vivida: a la hora de comer, que sea únicamente a comer, saborear los alimentos; al bañarse, sentir el agua; al hacer cualquier actividad, disfrutar de la misma; pero sin meter de por medio la mente.

Es cuestión de tener una percepción perenne del presente que se vive de segundo a segundo, “la forma más elevada de pensar es no pensar”. Por ejemplo, una persona que va caminando por la calle y no oye el saludo de un amigo que le pasa a su lado, porque en ese momento preciso se decía en la mente: por la tarde pagaré el seguro, voy a inscribir a mi hijo en la escuela, mañana viene…

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